Exfoliante antidurezas para pies de Deliplús: ¡pies suaves gracias a la piedra pómez!
¿Cómo estáis potiprobador@s?
Como dijo Patty la semana pasada, nosotras por fin disfrutando de unos días
de vacaciones, ¡ya era hora! ¿Vosotr@s estáis también de vacaciones? Espero que
sí y que las estéis disfrutando mucho, y si aún no os habéis ido, ¡pensad que
ya queda un día menos! Para los que ya habéis vuelto… seguro que os encontráis
con fuerzas renovadas para afrontar cualquier cosa.
¡Es increíble la cantidad de productos de Mercadona que he comprado este
año! Y es que cuando voy por allí, al final un montón de cosméticos nuevos
acaban en mi carrito… ¡menos mal que tienen buen precio!
Hoy os voy a hablar de un producto que, aunque lleva ya tiempo en la
tienda, no había probado hasta este año: el exfoliante antidurezas para pies de
Deliplús.
El producto
Viene en un tubo que contiene 125ml. Cuesta menos de dos euros.
La piedra pómez se usa desde tiempos inmemoriales para combatir las durezas
en los pies, pero me resultó muy curioso y original este formato en “crema”.
Porque reconozcámoslo probador@s, es un poco rollo estar “frota que te frota”
con una piedra… mientras que aplicarse una cremita de aroma fresco, es siempre
mucho más agradable.
Por lo tanto, la piedra pómez es el componente que, en principio, más llama
la atención de este exfoliante, pero también contiene glicerina y ácidos
frutales, de modo que a la vez que exfoliamos nuestra
piel, también la hidratamos.
El resultado de toda esta mezcla es una cremita no
especialmente densa, de color blanco, en la cual se perciben perfectamente los
gránulos de piedra pómez. Tiene un olor muy ligero y agradable.
Forma de uso y opinión
En las instrucciones que vienen en la parte trasera del
tubo, nos indican que puede usarse tanto en pies secos como húmedos. A mí me
resulta mucho más cómodo y agradable utilizarlo con los pies húmedos… de hecho,
más bien diría mojados, porque lo suelo utilizar en la ducha.
Lo utilizo dos veces por semana, en invierno
probablemente sea suficiente con una. Con los pies mojados, extiendo una
pequeña cantidad de producto en cada pie (aproximadamente un garbanzo) y lo
reparto bien dando masajitos circulares e insistiendo en las zonas más
conflictivas (por ejemplo, los talones). Cuando noto que los granulitos de
piedra pómez van desapareciendo, me aclaro bien los pies (si es posible,
terminando con agua fría para favorecer la circulación), después los seco con
cuidado y me aplico una crema hidratante. Y como resultado: ¡unos pies suavísimos!
Con este exfoliante se pueden mantener unos pies muy
suaves y bastante libres de durezas, pero me da la impresión de que, si ya hay demasiadas,
lo mejor sería probar con otros métodos o directamente ir al podólogo. Y
después ya sí, este exfoliante nos vendría genial como mantenimiento.
¿Lo habéis utilizado ya probador@s? ¿Qué os parece?
Muchos besos y que disfrutéis de estos días
veraniegos,
Leti